Haití: movimientos sociales caribeños y la coyuntura regional

2002-08-20 00:00:00

El Caribe presenta una situación de gran convulsión y los desafíos son
enormes para los movimientos sociales de la región. Es lo que se destaca
de la primera jornada de la reunión preparatoria de la tercera Asamblea
de los Pueblos del Caribe (APC), celebrada en Puerto Príncipe.

El 16 de agosto la reunión inició con la participación de una treintena
de sindicalistas, responsables de organizaciones políticas,
organizaciones de masas y instituciones no gubernamentales del Caribe,
según comprobó AlterPress. Dos delegados dominicanos, dos de Trinidad,
uno de Martinica y uno de Barbados acompañan el Comité Ejecutivo haitiano
compuesto por 13 organizaciones de varios sectores sociales.

Uno de los puntos fuertes de la primera jornada fue el análisis de la
coyuntura regional. El dominicano Yvan Rodriguez, uno de los iniciadores
de APC en 1994, habló de una situación agitada y complicada en el Caribe
insular y continental. En muchos casos, según él, estas luchas enfrentan
a los protagonistas del partido democrático popular con los tenientes de
poderes autoritarios e imperialistas.

Como ejemplo, Yvan Rodriguez mencionó la situación en Cuba donde, dijo,
se libra “uno de los mayores combates antiimperialistas”. Hizo hincapié
en “la movilización del pueblo puertorriqueño para liberar Viequez”, isla
que sirve de base al ejército estadounidense. A nivel del Caribe
continental, destacó “la situación del movimiento de liberación en
Colombia a la que trata de sofocar el imperialismo”, dijo Rodriguez.
También evocó los sobresaltos de Venezuela, donde ocurrió recientemente
un golpe de estado contra el presidente Hugo Chavez.

Los delegados examinaron específicamente los casos de la República
Dominicana, Trinidad, Barbados, Martinica y Haití. Varias veces acusaron
a las políticas neoliberales manejadas por los dirigentes de la región,
bajo la batuta de los Estados Unidos y las instituciones financieras
internacionales. Lo que ha provocado el derrumbamiento de la economía, la
degradación social y la erosión de la política.

Los delegados dominicanos señalaron como ejemplo que “el patrimonio
nacional pasa cada vez más al sector privado”, incluyendo los “recursos
estratégicos” tal como la electricidad. Durante los dos primeros años del
mandato del presidente Hipólito Mejía, la deuda externa del país se
duplicó, pasando de 3.600 millones de dólares a más de 6.000 millones de
dólares. Una deuda que, en un ambiente de gran corrupción, financia en
gran parte los gastos corrientes valorados a un 80% del presupuesto.

Trinidad que se beneficia de sus recursos mineros, se encuentra en una
situación “aparentemente floreciente”, afirmó el sindicalista de
Trinidad, David Abdhula. La producción petrolera va a duplicarse dentro
de los siguientes 3 años, pasando a 200.000 barriles por día. Pero,
Abdhula señaló que “esta salud macroeconómica no se refleja en el nivel
social”, mientras la crisis política se prolonga desde hace 2 años. Los
sectores de miseria están cada vez más visibles, la cultura de la droga y
violencia se desarrolla, la inseguridad y la corrupción crecen, añadió la
feminista de Trinidad Jacky Burges.

En Barbados, “el gobierno pretende desarrollar una industria de servicio,
ofreciéndonos clases para aprender a decir buenas días a los turistas”,
ironizó el sindicalista de Barbados, Robert Clarke. En veinte años, 24 de
las 25 fabricas textiles del país desaparecieron. Durante los últimos 6
años, la producción azucarera cayo de 260.000 toneladas a 48.000
toneladas. La pobreza y la corrupción ganan terreno. Frente a estos
problemas, tanto en el poder como en la oposición, los dirigentes
políticos no muestran capacidad de respuesta, declaró Robert Clarke.

Los poderes franceses, de derecha como de izquierda, tampoco cambiaron
algo en Martinica, señaló el dirigente comunista independentista Jean
Pierre Etylé. En ese territorio bajo dominación francesa, la
participación en las elecciones cayó el 70%. “Nos hacen votar para Europa
y las instituciones francesas, pero no para decidir el porvenir de
Martinica”, dijo Jean Pierre Etylé, quien antepone la idea de un
referéndum sobre el estatuto de Martinica.

Hay muchas semejanzas en la situación general del Caribe y lo que ocurre
en Haití, subrayó el militante antineoliberal haitiano Camille Chalmers:
crisis estructural de la economía en el esquema de la aplicación de las
políticas neoliberales, crisis política y degradación del tejido social.
En Haití, dijo Camille Chalmers, “a pesar del impulso dado en 1986, el
Estado oligárquico sigue con nuevas formas de institucionalización de la
impunidad, nuevas formas de militarización, de corrupción, etc."

Frente a esta situación general, los movimientos sociales caribeños
tienen que superar desafíos enormes, afirmó el dirigente popular
dominicano Victor Geronimo. Hoy es preciso establecer referencias
teóricas comunes entre los protagonistas del movimiento democrático y
popular, recalcó. En su opinión, una de las principales obligaciones es
la búsqueda de soluciones a los problemas estructurales y dispersión en
las acciones emprendidas por los movimientos sociales. Geronimo invitó a
todos los asistentes a dar prioridad a los jóvenes, promover la educación
y la capacitación, buscar la unidad y observar la disciplina.

Puerto Príncipe, 16 de agosto 2002